lunes, 27 de junio de 2011

Entrevista a Osiel Ibáñez



A pocos días de los recitales de Américo y Chico Trujillo organizados por la asociación cultual Selam, nos encontramos con Osiel Ibáñez, productor musical, quien desde hace un tiempo viene luchando incansablemente por traer hasta Suecia a los mejores exponentes de la música del mundo.

¿Cuándo nace Selam?

Selam se creó hace 14 años por nuestro director, Teshome Wondimu, que es de Etiopía. Se creó esta asociación como una queja a que la oferta cultural en Estocolmo tenía poca diversidad. La cultura de las minorías étnicas está (o estaba) siendo poco considerada en las salas más formales de Estocolmo. Era difícil encontrar buenos artistas de África o de otros países, razón por la que se creó Selam con la idea de encontrar una buena manera de presentar, de crear un público, y de poder traer artistas de otras culturas. El fuerte de Selam durante los diez primeros años fue, obviamente, África, ya que existía en la asociación esa especialización, y se lanzó el Selam African Festival.

Selam hoy en día cubre una variada gama de música. ¿Cómo llegaste a Selam?

Bueno, yo estaba trabajando como freelance sobretodo en salsa. Mi entrada a esto es digamos la salsa, yo enseñaba salsa, paralelamente a mis estudios. Hacía fiestas, organizaba eventos. Alcancé a organizar dos conciertos de salsa. No eventos de la magnitud que organiza Selam hoy en día, pero conciertos que de todos modos atraían mucha gente. Entonces ahí me contactó Teshome, y empezamos a colaborar. Así empezó la profundización en latinoamérica. Él tenía esa idea, de que tenemos una gran comunidad latinoamericana en Suecia, pero que se hace poco notar en la programación artística de las diferentes instituciones. Y como con Selam ya teníamos ese contacto con las salas nos propusimos eso, traer artistas que no fueran representantes solamente de la salsa netamente cubana. Queríamos saber qué había más allá. El primer proyecto mío, aparte del concierto con los Vam Vam fue Inti Illimani. La idea en un comienzo era organizar un concierto en Estocolmo pero terminamos lanzándonos con una gira de 6 conciertos en Escandinavia.

¿Y eso hace cuánto tiempo fue?

Eso fue en el 2008

O sea... tú vienes trabajando con esto desde muy temprana edad, porque... te ves bastante joven

… bueno, represento menos (risas). Pero empecé trabajando media jornada, luego surgió la posibilidad de entrar como productor. Selam es una organización pequeña, donde trabajan entre tres a cuatro personas. Ojalá pudiéramos ser más. Tenemos un presupuesto limitado. Contamos con subvención de diferentes fondos culturales, entre ellos del fondo cultural del gobierno (Kulrurrådet). Claro, para manejar una oficina, ya se nos va prácticamente toda la ayuda en gastos de administración, alquiler, computadoras, nosotros mismos; entonces, las condiciones económicas que tenemos igual nos restringen y presionan bastante. No es como que podamos decir por gusto ”ah, ya, voy a programar esto”. Tenemos que medir nuestros cálculos y asegurarnos de poder cubrir los gastos alrededor de una producción. Porque no tenemos nuestra propia sala. Si tuviéramos nuestra propia sala con un bar, sería diferente. Los gastos iniciales son altos. También está la promoción, hacer un afiche, etc. La producción en sí ya incluye pagar pasajes, hotel, comida, viáticos, etc.

Entonces, descontando todas estas dificultades, lo que cuesta, el enorme trabajo, la inversión, etc. ¿qué es lo que te mueve a hacer estas cosas?

Bueno, he pensado sobre esto y creo que en el fondo podría tratarse de una búsqueda personal. Yo nací en el extranjero, y siempre mis raíces las he tenido presentes, de una u otra manera. Crecí con la idea de mis padres de que algún día volveríamos a Chile, de tal manera que la cultura chilena siempre recorrió y marcó mi infancia.

De niño Osiel participó en grupos de canto folclórico, así como también en grupos de baile tradicional. Al viajar a Chile por primera vez, cuando ya tenía 19 años, cayó en la cuenta de que bailaba cueca mucho mejor que sus congéneres, cosa que obviamente extrañaba a sus compinches. Acá en Suecia fue buscando lo que le gustaba, aquello con lo que había crecido.

¿Y cuál es tu objetivo como productor de Selam?

Bueno, mi objetivo, y el de Selam, es crear encuentros entre personas de diferentes orígenes alrededor de nuestros artistas. Queremos ser un punto de encuentro para gente de diferentes edades, orígenes, lugares de la ciudad. Un crítico de prensa que asistió al concierto de la Chilombiana, organizado por Selam, comentaba que pocas veces había visto un público tan heterogéneo. Eso nos anima y motiva a seguir adelante.

En estos días, Selam se encuentra desarrollando una serie de conciertos en torno a la cumbia. Próximamente, el sábado 2 de julio, se presentarán Américo y Chico Trujillo en Hovet. ¿A qué se debe este interés de Selam por la cumbia?

Bueno, estuvimos en Chile hace un tiempo y yo esperaba encontrarme con un gran movimiento de cantautores. De hecho existe toda una nueva generación de cantautores chilenos jóvenes muy buenos. Ahí nos dimos cuenta de que además estaba pasando algo muy interesante con la cumbia. La cumbia, en sus diferentes formas, ‘la lleva’ en Chile. Y nos dejó totalmente inspirados. Fuimos a ver un concierto de electrocumbia de un artista argentino en una sala de Santiago, y la sala estaba llena. Entonces vimos todos los diferentes tipos de cumbia, desde la cumbia digital hasta la cumbia pop o romántica (lo que hace Américo), o la nueva cumbia (representada por Chico Trujillo), que es la fusión de la cumbia con el jazz, con el rock y con el ska.

Y bueno, cuéntanos sobre el concierto del 2 de julio en Estocolmo

Ese día, Selam presenta a Américo y Chico Trujillo, a partir de las 19 horas (hora sueca). Aparte de los artistas centrales actuarán también CrossFire y Jakumbé (batucada), y habrá dos salas con música para bailar. Habrá además servicio de bar y comida. Según sabemos vendrá gente de Noruega, de todo Suecia, de otros países. Esperamos una gran afluencia de público. Nos estamos tirando con tutti. Este es un evento grande y pensamos que a muchos les gustará venir hasta acá en familia. Por eso hemos tratado de bajar lo más posible el costo de la entrada, ya que nuestra idea es hacer de la cultura algo a lo que pueda acceder la mayoría de la gente.

Por: Kabezanegra