domingo, 6 de marzo de 2011

Abjeez y el ímpetu del cambio

Por: Alejandra Donoso

En estos últimos días, aquello que muchos creían era imposible ha estado ocurriendo. Muchos de los pueblos del Norte de África, así como de Medio Oriente, se han levantado en acciones de protesta en contra de los regímenes autoritarios que desde ya hace años –y ayudados por Occidente- han saqueado, masacrado y oprimido a miles de hombres, mujeres y niños.

Los aconteceres de estas latitudes han estado presentes en la tele, en la internet, y en los medios de comunicación en general. Muchos hemos visto, expectantes y con el alma llena de esperanza, cómo cientos de hombres y mujeres han salido a la calle a reclamar justicia frente a los atropellos de los que han sido víctimas durante décadas. La música, crisol en el que a lo largo de la historia se han fundido y expresado muchas de las vicisitudes humanas, no ha podido, ni puede muchas veces, permanecer ajena a estos aconteceres. Es así como nos encontramos con Abjeez (‘Hermanas’), una banda que en pleno seno sueco ha venido desde hace años contando y cantando aquello que para muchos permanecía oculto: el sentir de muchos iraníes que –por una u otra razón- se han visto forzados a abandonar sus orígenes.



Safoura (voz, guitarra, melodías) y Melody Safavi (voz, letras), fundadoras de la banda, representan una cara de lo que a muchos iraníes les tocó vivir. Safou, con quien nos encontramos para hacer esta nota, nos cuenta que debió dejar Irán cuando era niña junto a sus hermanos mayores Melody y Sufi (sonidista). Sus padres, que vieron como algo imposible criar a sus hijos en el Irán de ese entonces, emigraron al norte de Suecia a comienzos de los 80. Safou recuerda su temprana infancia en Irán y en particular un día en que frente a un hecho que le causó mucha impotencia dijera: tengo que hacer algo para cambiar el mundo. De pequeña se puso a componer canciones con un alto contenido de ‘realidad’ y una gran dosis de humor, canciones que en general hablaban de las contradicciones de la vida. Llegando a edad adulta decidió irse a España a estudiar guitarra flamenca. Fue así como conoció a Johan Moberg (también guitarrista), quien actualmente forma parte de la banda. Más tarde, cuando tenazmente se encontraba grabando algunos de los futuros temas, conoció a Paulo Murga (percusionista), Robin Cochrane (baterista) y Erland Hofgaard (bajista). Recientemente se ha unido también el chileno Nicolás Lazo Zubieta (teclados). Safou llevaba un par de años estudiando flamenco cuando un día sintió la imperiosa necesidad de ‘hacer su propio rollo’. Sin pestañear apenas, con su característico temple de fuego, llamó a su hermana (que se encontraba estudiando trabajo social en Estados Unidos), para informarle de la noticia. Ese día nació el proyecto Abjeez, un proyecto destinado a poner en el tapete aquellas íntimas -pero no por eso menos poderosas ideas- de cantar las propias verdades, y de paso ventilar las ajenas.

Las canciones de Abjeez tienen la peculiaridad de reflejar estilos musicales hasta hace poco casi inexistentes en la escena iraní. Pasando por ritmos como el reggae, el ska, el pop y hasta el flamenco, Melody y Safou se propusieron escribir en farsi, pero también tienen algunas canciones en español, inglés y sueco. Eclécticas hasta casi decir basta, sus actuaciones y la puesta en escena nos recuerdan la mezcla de historias a la que las hermanas fueron expuestas.



Durante nuestra conversación le pregunto a Safou si alguna vez se sintió como extranjera estando en Suecia, a lo que me responde que ella sabe de dónde son sus padres, y de dónde sus orígenes, pero que nunca se sintió ‘extranjerizada’. Agrega que se siente muy contenta de haber podido crecer en el seno de una familia y en un país que le permitieron ser libre, experimentar y aprender. Según ella, su crianza estuvo caracterizada por una relación muy cálida en la que se le inculcó el valor de la libertad y la independencia. “¿Y la disciplina?”, pregunto yo, “… porque para concretar un proyecto de banda hay que ser disciplinado”. “No, no, no” contesta ella. “O bueno, sí, pero en mi caso, en nuestro caso, lo que tenemos son ganas, y trabajamos duro. Mi orgullo no me dejaría decir que voy a hacer algo y luego no hacerlo”. Sin dudas hay que tener temple de acero y muchas ganas para hacer lo que ellos hacen. Los integrantes de la banda han estado y están repartidos por distintos lugares, de manera que el tiempo es oro a la hora de acudir a los ensayos y participar de las giras. Recientemente estuvieron en Estados Unidos, y pronto harán una gira por Alemania, Holanda y Suecia.

La voz de las hermanas es sin duda muy origninal. Al oirlas es imposible no pensar en las mujeres de Medio Oriente, y en la fuerza que han demostrado al situarse muchas veces al frente de las luchas revolucionarias. Safou y Melody no pueden en la actualidad retornar a Irán. Pese al dolor, Safou enfatiza y nos recuerda con su cálida voz que “a veces, para hablar de cosas terribles es necesario hablar con humor”.

sábado, 5 de marzo de 2011


RUDOS VERSOS DE QUEJA SOCIAL Y POLÍTICA
EN EL FESTIVAL DE VIÑA DEL MAR 2011

Por: Inta Rivas (desde Chile)

Ya antes de que empezara el festival de Viña del Mar se podían ver las señales de que el pueblo-artista y el pueblo-público alzarían su voz. El pueblo-artista al igual que el pueblo- público añoraba manifestar un tanto de las inmoralidades que azotan al pueblo chileno, manifestar su conciencia social. El público del festival no es ni un “monstruo” como los animadores y los medios suelen llamarlo, ni es enteramente “light” y “pop-ero” como creen muchos. El pueblo-artista y el pueblo-público de Viña 2011 demostraron que el festival es mucho más.

Sabía que el Festival de Viña del Mar 2011 estaría al rojo, eso lo supe cuando me enteré por un correo electrónico sobre un artículo publicado en elclarin.cl donde se discutía sobre una canción escrita por Patricio Manns que participaría en el certamen folclórico de este festival internacional y que corría el peligro de ser censurada. La empresa minera Barrick Gold intentó por diferentes medios sacar la canción “A Pascua Lama” del programa festivalero, que llevaba los siguientes versos al principio de la letrilla: “Se mueren los glaciares de muerte lenta, el glaciar nació altivo y en agua pura, pero muy pronto el hombre puso la soga en el cuello al agua”, tema que sería interpretado por la cantante Valentina Sepúlveda. La minera Barrick Gold contactó a senadores y diputados para que ellos intervinieran en el evento. Afortunadamente no fue exitosa la campaña de la empresa. Yo tuve la gran oportunidad de escuchar esa bella canción en vivo y en directo, fue muy bien acogida por el público y además se llevo la codiciada gaviota de plata. Buenísima manera de extender el debate sobre el proyecto de Pascua Lama. Para informarse más sobre la actuación de la minera y el proyecto Pascua Lama visiten: www.noapascualama.org

La segunda indicación de que el pueblo estaría presente fue cuando anunciaron que Calle 13 pisaría el escenario de la Quinta. Al contrario de muchas otras bandas que llegan a un público grande y más main-stream, Calle 13 en vez de “ablandar” sus letras, las ha agudizado con respecto a la crítica social. Calle 13 fue una gran razón para ir al festival, ahora es sin lugar a dudas una de mis bandas preferidas. La actuación de Calle 13, y en especial de Residente, estuvo llena de energía y de rebeldía, una rebeldía feroz que prendió al público de tal forma –que, como se dice por estas latitudes- ‘dejó la cagá’. Residente salió al escenario sin polera y con el texto: FUERZA MAPUCHE en su espalda. El cantante manifestó desde el escenario, que no quería que se destruya la Patagonia con hidroeléctricas y que la educación va a ser nuestra “nueva revolución” solidarizando así con la lucha estudiantil y ambientalista. En su último disco “Entren los que quieran” se rescata el tema “Calma pueblo” que fue interpretado en el Festival de Viña, al igual que “Vamos a portarnos mal” y “La Bala”, canciones que llevaron a muchos a saltar y recuperar algo del calorcito en la noche costera.


El grupo extendió su presentación hasta las 04.00 de la madrugada y Residente no solo invitó al público a subir al escenario, además no dejó a los animadores entrar e interrumpirles el recital.

Se retiró del escenario solo cuando apagaron la luz del escenario y el audio. Varios del pueblo-público se juntaron después afuera de la carpa VIP de la cadena televisiva del festival gritando “Gaviota de oro” y se cantó “El pueblo unido”. Según los rumores Calle 13 como anunció ya desde el escenario, siguió el carrete con el pueblo al terminar el festival en la calle, como se debe, siendo un grupo del pueblo.